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sábado, 19 de noviembre de 2011

Pregunta curiosa 3


Ahora que bajan las temperaturas, cada vez apetece más saborear un buen potaje, unas deliciosas lentejas o un exquisito y sabroso cocido. Pero es evidente que estos sanísimos y apetecibles platos producen gases y digestiones muy pesadas.
Pero su riqueza en fibra y en nutrientes y el hecho de que nos ayuden ante las enfermedades cardiovasculares hacen que sea  un alimento importante dentro de una dieta equilibrada.
La pregunta de esta semana la plantea Ana Sánchez de 3º A y es la siguiente:
¿Por qué las legumbres producen esos gases tan molestos?¿Cómo podríamos remediarlo?
Tenéis hasta el próximo sábado 26 de Noviembre para responder.


8 comentarios:

  1. Cada día generamos aproximadamente un litro de gases. Los producen las bacterias que viven en nuestro intestino. Cuando comemos legumbres este volumen se dispara porque la actividad bacteriana se multiplica.

    Sucede porque las legumbres contienen una gran cantidad de sustancias que no podemos digerir porque no tenemos las enzimas necesarias para transformarlos en azúcares asimilables.

    En su mayoría son un tipo de hidratos de carbono llamados oligosacáridos y, en concreto, rafinosa y la estaquiosa. Estos hidratos de carbono llegan al intestino grueso sin alterar.

    Ahí, las bacterias, con las que vivimos en simbiosis, se encargan de hacer lo que nosotros no podemos, es decir, degradarlas. Y como consecuencia generan más gases de lo habitual.

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  2. Las legumbres contienen unos azúcares llamados oligosacaridos. Son unas moleculas tan grnades que no son absorbidas por el intestino delgado y pasan intactas al intestino grueso, donde habitan las colonias bacterianas que forman nuestra flora intestinal, que al fermentar las moleculas, producen los gases.
    Dejo el enlace para mas detalle:
    http://www.muyinteresante.es/ipor-que-las-legumbres-dan-gases
    Mª Dolores 4ºA

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  3. Maria Pilar Bolea 4ºA19 de noviembre de 2011, 21:10

    Estos alimentos contienen unos azúcares que se conocen como oligosacáridos,se tratan de moléculas de enorme tamaño que no pueden ser absorbidas por el intestino delgado que pasan intactos al intestino grueso, donde constituyen un excelente medio para la fermentación bacteriana,no hay que olvidar que en nuestro intestino grueso viven al menos 200 colonias diferentes de bacterias que forman la llamada flora intestinal. Éstas, al degradar los azúcares, producen gases que son expulsados por el recto junto a sustancias químicas volátiles de olor fétido.Para evitar tantos gases es hacer que desaparezcan parte de esos oligosacáridos, algo que podemos hacer poniendo en remojo las legumbres el día antes de prepararlas, esto hace que la pared del la legumbres se reblandezca y cuando las cocinemos parte de esos molestos hidratos de carbono se hidrolicen por sí solos. También podemos cocinarlas a fuego lento para romper los oligosacáridos o directamente triturarlas.

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  4. La razón de este indeseable fenómeno fisiológico se debe a que estos alimentos contienen unos azúcares que se conocen como oligosacáridos. Se trata de moléculas de enorme tamaño que no pueden ser absorbidas por el intestino delgado, de forma que pasan intactos al intestino grueso, donde tras la fermentación de las bacterias se producen estos gases, tan molestos. Algunas formas de remediarlo que he encontrado es por ejemplo,No comerlas. No recomendado, ya que las legumbres son indispensables en la alimentación debido a su alto valor nutritivo.
    “Asustarlas”. Sí, sí, no es broma, así se conoce al hecho de añadirles agua fría a mitad de proceso de cochura o hervido, o simplemente retirarlas unos minutos del fuego.
    Hacerlas puré, mezclarlas con patatas o verduras, añadirle en la cocción sustancias carminativas, es decir, anís, romero, tomillo, hinojo… " No sé si esto es cierto, pero bueno..."
    Gema Gutiérrez 4ºA

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  5. Las legumbres tienen oligosacáridos como la rafinosa, estaquiosa y verbascosa, unos hidratos de carbono que no se metabolizan en estómago ni intestino delgado al carecer el organismo de alfa-galactosidasa, la enzima que las hidroliza y las convierte en azúcares simples.Estos hidratos de carbono tan caprichosos pasan al intestino grueso y allí si van a sufrir un proceso de fermentación anaeróbica por parte de las bacterias del tracto digestivo. Y en esta fermentación se van a producir gases.Un pequeño truco para evitar tantos gases es hacer que desaparezcan parte de esos oligosacáridos, algo que podemos hacer poniendo en remojo las legumbres el día antes de prepararlas, esto hace que la pared del la legumbres se reblandezca y cuando las cocinemos parte de esos molestos hidratos de carbono se hidrolicen por sí solos. También podemos cocinarlas a fuego lento para romper los oligosacáridos o directamente triturarlas.

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  6. MªÁngeles Gutiérres Belmonte 3ºA :
    Seguro que alguna vez os habéis preguntado por qué las legumbres dan tantos gases. La respuesta está en los componentes de estos alimentos. Las legumbres tienen oligosacáridos como la rafinosa, estaquiosa y verbascosa, unos hidratos de carbono que no se metabolizan en estómago ni intestino delgado al carecer el organismo de alfa-galactosidasa, la enzima que las hidroliza y las convierte en azúcares simples.

    Estos hidratos de carbono tan caprichosos pasan al intestino grueso y allí si van a sufrir un proceso de fermentación anaeróbica por parte de las bacterias del tracto digestivo. Y en esta fermentación se van a producir gases, más en concreto anhídrido carbónico, hidrógeno y metano, de ahí la flatulencia y el mal olor por parte del metano sulfuro de hidrógeno (que dicho de paso, es un gas inflamable).

    Es algo muy similar a lo que pasa con aquellas personas que son intolerantes a la lactosa, mientras que el organismo no puede aprovechar esos nutrientes, nuestra flora intestinal sí, pero a cambio de un precio molesto como son las flatulencias.

    Aunque parte de esos gases pueden ser absorbidos, la mayor parte no queda más remedio que expulsarlo y si son demasiado puede llegar a irritar la pared intestinal, aumentando los movimientos peristálticos y produciendo cierta diarrea o necesidad de evacuar.

    Un pequeño truco para evitar tantos gases es hacer que desaparezcan parte de esos oligosacáridos, algo que podemos hacer poniendo en remojo las legumbres el día antes de prepararlas, esto hace que la pared del la legumbres se reblandezca y cuando las cocinemos parte de esos molestos hidratos de carbono se hidrolicen por sí solos. También podemos cocinarlas a fuego lento para romper los oligosacáridos o directamente triturarlas.

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  7. Estos alimentos contienen unos azúcares que se conocen como oligosacáridos,se tratan de moléculas de enorme tamaño que no pueden ser absorbidas por el intestino delgado que pasan intactos al intestino grueso, donde constituyen un excelente medio para la fermentación bacteriana,En nuestro intestino se encuentra la Flora intestinal, que al degradar los azúcares, producen gases que son expulsados por el recto junto a sustancias químicas volátiles de olor fétido.Para evitar tantos gases es hacer que desaparezcan parte de esos oligosacáridos, y para ello hay que evitar o reducir la flatulencia tras consumir legumbres mediante:

    - Romper el hervor mientras se están cociendo las legumbres, retirando la cazuela del fuego durante unos minutos o bien añadiendo agua fría al agua hirviendo. De este modo se reducen al máximo los oligosacáridos productores de gas. A esto es lo que nuestras abuelas llamaban "asustar a las lentejas", se ve que tenían ya mucho sentido común.

    Tomar las legumbres en puré o pasadas por el chino para quitarles la piel. Si se mezclan con verduras o con patatas resultan más suaves y si se les añaden durante la cocción condimentos carminativos como comino, anís, romero, tomillo o hinojo, entre otros, se facilita su digestión y se reduce el cúmulo de gases.

    - Tterminar la comida con una infusión digestiva, de alguna de las plantas antes mencionadas, o de las conocidas manzanilla y menta poleo.

    Masticar bien los alimentos y comer y beber despacio, para así evitar tragar una cantidad excesiva de aire mientras se come.
    (Fuente de informacion para el remedio: Eroski consumer)

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  8. Las judías, los garbanzos y otras legumbres, así como el repollo, las coles, los guisantes y las cebollas, producen una gran cantidad de gases durante la digestión. La razón de este indeseable fenómeno fisiológico se debe a que estos alimentos contienen unos azúcares que se conocen como oligosacáridos. Se trata de moléculas de enorme tamaño que no pueden ser absorbidas por el intestino delgado.

    De este modo, los oligosacáridos pasan intactos al intestino grueso, donde constituyen un excelente medio para la fermentación bacteriana. No hay que olvidar que en nuestro intestino grueso viven al menos 200 colonias diferentes de bacterias que forman la llamada flora intestinal. Éstas, al degradar los azúcares, producen gases que son expulsados
    Para evitar o reducir la flatulencia tras consumir legumbres:
    Romper el hervor mientras se están cociendo las legumbres, retirando la cazuela del fuego durante unos minutos o bien añadiendo agua fría al agua hirviendo. De este modo se reducen al máximo los oligosacáridos productores de gas. A esto es lo que nuestras abuelas llamaban "asustar a las lentejas", se ve que tenían ya mucho sentido común.

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