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Las fases del eclipse de Sol, desde Madrid |
Fuente: ELMUNDO
El próximo viernes, 20 de marzo, la mañana será un poco más
oscura de lo habitual. A las 9.04 hora peninsular española, el borde de
la Luna comenzará a adentrarse en el disco solar provocando el comienzo
de un vistoso eclipse solar. El máximo llegará una hora más tarde e irá languideciendo hasta su fin a las 11.18 horas. Solo se verá de forma total en las islas Feroe, en el Atlántico septentrional, y en las Svalbard, en el océano Ártico.
Las zonas más boreales, como Irlanda, Escocia y Noruega, también
tendrán muy buenas ocultaciones y desde la Europa Continental y Reino
Unido, el fenómemo sólo podrá observarse parcialmente. En España, el
disco solar llegará a esconderse más del 50%, siendo Galicia la comunidad más afortunada para la observación.
En las zonas donde el eclipse será total, el Sol parecerá
ceñirse con un tenue halo blanco, que permitirá a los observadores en
tierra echar un vistazo a su atmósfera o corona, que se mantiene
normalmente fuera de la vista por el intenso brillo del disco solar.
Será algo muy especial, ya que, según los expertos, no volveremos a tener un eclipse total análogo en Europa hasta el año 2027.
Si usted se encuentra en una zona donde el eclipse no será muy extraordinario (Puede consultar en este enlace cómo se verá desde su localidad) o descubre que el cielo ha amanecido lleno de nubes, podrá disfrutar de la retransmisión del evento en directo desde las Islas Feroe que realizará un equipo de astrónomos que forma parte del proyecto GLORIA.
Miquel Serra-Ricart, astrónomo del Instituto de Astrofísica
de Canarias (IAC) y líder de la expedición, señala que este eclipse
será «muy difícil de observar, ya que sólo
toca tierra en dos archipiélagos árticos, Feroe y Svalvard, y la
totalidad tendrá una duración máxima de 2 minutos y 47 segundos».
Para elegir el lugar correcto, Serra-Ricart ha tenido en cuenta no sólo
la visibilidad del eclipse, sino también la mayor probabilidad de que
haya buenas condiciones atmosféricas, carreteras transitables y la
seguridad del equipo.
El astrónomo subraya dos características que añaden interés al evento: el Sol se encuentra ahora cerca del máximo de actividad del actual ciclo,
el 24 (los ciclos solares tienen una duración aproximada de 11 años), y
la observación se hará en un lugar desde el que es posible contemplar auroras boreales.
«La probabilidad es muy baja, pero podríamos presenciar un doble
espectáculo en el momento de la totalidad del eclipse: la corona solar
flanqueada por luces verdes aurorales, ¡un sueño!», afirma.
Estabilidad del suministro de energía
Además, durante el eclipse, Europa experimentará un test
para comprobar el impacto de eventos de este tipo en la estabilidad de
la Red Eléctrica, ya que pueden generar fluctuaciones en el suministro.
Desde 1999 no se producía un eclipse total de Sol de similares
características en el continente; entonces, la energía solar suponía, en
la Unión Europea, el 0,1%. En 2020, la UE y sus estados miembros se han
comprometido a alcanzar una tasa del 20% de energías renovables sobre
el consumo total en la zona, así que su seguridad será aún más
importante.
Desde el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), recuerdan a aquellos que quieran ser testigos del eclipse que nunca deben observar el Sol directamente, ya
que mirarlo sin una protección segura puede dañar los ojos. De la misma
forma, desaconsejan rotundamente utilizar cámaras, vídeos, telescopios o
prismáticos que no dispongan de los filtros solares homologados. La OAN
indica que el eclipse puede ser observado sin peligro viendo su imagen
proyectada sobre algún tipo de pantalla situada a la sombra, y con
seguridad mediante unos filtros denominados comúnmente gafas de eclipse.
Deben estar homologadas por la Comunidad Europea (índice de opacidad 5 o
mayor) y usadas siguiendo las instrucciones impresas en ellas. Y, por
supuesto, olvídese de emplear gafas de sol, cristales ahumados,
radiografías o filtros baratos de todo tipo.
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